PlanetaGiana

PLANETAGIANA, la vuelta a casa…

El inconsciente colectivo va transmitiendo la información entre los animales, al no tener la parte mental e intelectual es mucho más fácil para ellos acceder a esta información y utilizar su potencial, esto mismo es lo que nos sucede a nosotros con nuestro transgeneracional.

Nuestros ancestros nos transmiten sus talentos, vivencias, entre otras cosas, y ese ha sido mi caso, pues la relación, convivencia, respeto y amor hacia los animales ya la tenían mis abuelos y bisabuelos, para mis ancestros eso era algo normal, era un parentesco que lo incluía todo, todo era importante y todos realizaban su cometido “todo está vivo”.


Desde pequeña los animales han formado parte de nuestra familia, y eso es algo que ha hecho fácil mi comunicación con ellos, sintiéndolo como algo natural.


Siempre han estado presentes en mi vida, he tenido experiencias maravillosas llenas de sentido, desde muy pequeña.


No me ha sido difícil aceptar otras realidades, abrir la mente más allá de lo que resulta convencional.


Muchas veces la mente puede decir que es fruto de la imaginación, pero la experiencia me ha demostrado que no es así.


No existe un “yo” que nos separe de los demás, no estamos limitados por nuestros cuerpos, somos la consciencia, el espíritu que está detrás de nuestros cuerpos, cada ser tiene esa consciencia en función del cuerpo que eligió, cada ser es lo mismo que yo, desde esa consciencia.


Cuando no nos limitamos por el cuerpo se puede transcender y acceder a otros planos más sutiles y a otros seres.


Un animal no humano podría ser yo y yo podría ser un animal.
Cada pensamiento, cada emoción, cada acción, afecta a todos y a todo de alguna manera, y conspiran para atraer personas, animales, acontecimientos a nuestras vidas con formas de ayudas inestimables.


En el camino de la “evolución” se ha olvidado y separado esa relación profunda entre los humanos y los animales.


Mi papel no es solo transmitir lo que ellos nos enseñan, sino ayudar también al ser humano a aprender de esto.


Hay que ser humilde (no la humildad del ego) para permitir que un animal no humano sea nuestro maestro, tenga el número de patas que tenga, plumas, pelo, etc.


Siento un profundo agradecimiento a todos mis animales y sus espíritus, por enseñarme sobre la vida y la muerte, esto no sería posible sin vosotros, sin vuestra sabiduría, amor, humor (sí, tienen sentido del humor) de pájaros, arañas, perros, gatos, caballos, etc., por ofrecerme esa información cuando la necesitaba.


Ellos los animales conducen al Planeta Giana, y en especial a un ser maravilloso que ha estado veinte años conmigo, de los cuales solo nos separamos dos días, mi maestra, mi compañera, mi amor, mi mensajera divina, la que me ha enseñado tanto de mí, cuando me mire a través de sus ojos… a la que dedico este viaje…

Mi proposito es mostrar el camino de vuelta a casa, a vibrar desde el corazón´, ser uno con la totalidad de la vida, sea planta, animal, roca, insecto “todo está vivo”.

PLANETA GIANA, la vuelta a casa…

en su 19 cumpleaños

«Siempre tuya, siempre mia…»